La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València comenzará en los próximos meses un proyecto piloto para modernizar y hacer más eficiente la línea conocida como “puerta a puerta”, que es la solución para las personas con problemas graves de movilidad.

El proyecto supondrá cambios en la forma de pedir el servicio e incluso en la relación entre usuarios y usuarias con la propia empresa, que será más directa. Con esta inmediatez ganarán los usuarios y usuarias de este servicio por el que la nueva Dirección y la Concejalía de Movilidad han apostado desde el inicio.

La línea “puerta a puerta” es un servicio mediante el que las personas con graves problemas de movilidad pueden solicitar un autobús para sus desplazamientos habituales o esporádicos. Después de años de incertidumbre sobre su futuro, los actuales responsables de la Dirección de la EMT mostraron su deseo de continuar con el servicio y mejorarlo para hacerlo más eficaz.

Prueba de esta apuesta es el hecho de que se haya pasado de las 32.000 validaciones en el año 2012 a las 36.000 de media entre los años 2016 y 2017, un 12,5 por ciento más; y, además, se han incorporado a la flota dos nuevos autobuses. Hay que recordar que no se compraban autobuses de este tipo desde 2006, una situación que hacía que el servicio empezara a presentar problemas que se solucionaron con las nuevas adquisiciones.

«Desde la Concejalía de Movilidad Sostenible volvemos a reiterar nuestra apuesta por universalizar y garantizar el derecho al transporte para las personas con graves problemas de movilidad», ha explicado el concejal, Giuseppe Grezzi, que ha lamentado «la actitud del PP, que dejó agonizando el servicio», y ha reforzado la idea de modernizar el servicio. «Probaremos cosas que supondrán toda una revolución para el servicio y responderemos a todas las demandas que nos han hecho los usuarios y usuarias en las reuniones que hemos tenido». Finalmente, ha recordado que se podrían hacer « muchas más cosas si tuviéramos una financiación digna por parte del gobierno central, y que no fuera únicamente el Ayuntamiento de València el que hace frente a los gastos que genera el transporte público colectivo en superficie en nuestra ciudad».