Hace pocos días se ha comenzado la remodelación de la Gran Vía Ramón y Cajal. Por desgracia el planteamiento es el mismo que el hecho en el resto de Grandes Vías: Sin tocar ni modificar en absoluto el diseño básico en todo lo que hace en cuanto a circulación. Al final las remodelaciones hechas en la Gran Vía Fernando el Católico y en la Gran Vía Marqués del Turia han quedado en unas intervenciones mínimas, aunque costosas, sin mejorar la parte más importante de las mismas que es su disponibilidad para ser empleadas para el paseo y el caminar de los peatones al encontrarse interrumpidas cada pocos metros por continuos cambios de dirección de los vehículos.
Así por ejemplo, todas las calles que llegan a la Gran Vía Marqués del Turia tienen una isleta en el boulevard para que los coches puedan atravesarla. Para Joan Ribó, portavoz de Compromís “Esto es muy cómodo para los coches supone romper con el concepto de gran paseo para peatones tal como fueron concebidas estas grandes vías. Mantener estas isletas no sólo dificulta y casi imposibilita ser empleado como camino para peatones. También supone problemas para la misma circulación rodada que encontraría menos impedimentos si se redujera de forma considerable el número de isletas”. Para un coche hacer un kilómetro más no es un problema de ningún tipo, ni en espacio ni en tiempo. Más bien parece un capricho incompatible con las actuales tendencias urbanísticas.
Las mismas tendencias y forma de remodelar, «sin remodelar», se mantienen en el actual de la Gran Vía Ramón y Cajal. Esta Gran Vía, mucho más corta que las indicadas antes, tiene también una isleta que la corta por la mitad para permitir los cambios de sentido entre la Plaza de Vannes y el comienzo de la calle Historiador Diago. Desde Compromís no entendemos tampoco cómo se mantiene esta isleta que fragmenta esta Gran Vía haciéndola prácticamente inútil para el paseo. “Los cambios de sentido, si se va en vehículo son muy fáciles de hacer un poco más adelante y su eliminación podría permitir recuperarla para los peatones”, ha declarado Joan Ribó.
Es difícil de entender la forma de gobernar esta ciudad de València que tiene el Partido Popular. Cuando en todo el mundo civilizado se avanza en hacer ciudades más habitables para los peatones y los ciclistas, en València se continúa trabajando con paradigmas de movilidad propios del siglo pasado.