Joan Ribó, ha participado en el acto organizado con motivo de la Declaración Internacional de la Química que ha tenido lugar en el Museo de las Ciencias y que ha estado organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Asociación de Químicos de la Comunidad Valenciana. El alcalde ha reivindicado el buen y adecuado uso de esta ciencia y su importante contribución a un modelo de desarrollo sostenible.
Ribó ha intervenido en este acto que tiene como objetivo “promover la confianza y el apoyo social a la ciencia” a partir de la Declaración Internacional que fue aprobada en Sevilla en septiembre del pasado año, en cuyo primer punto se planteaba la necesidad de “fortalecer la concienciación social acerca del incalculable valor que aporta la ciencia, para poder gozar de una calidad de vida y un bienestar sin precedentes gracias a los avances alcanzados”.
Ante los representantes de diferentes colectivos profesionales, científicos y universitarios, relacionados con el mundo de la química, Ribó se ha referido en su intervención a la necesidad de poner en valor una ciencia “de imagen a menudo distorsionada” con la cual el actual alcalde de Valencia ha tenido “una estrecha vinculación a lo largo de mi vida profesional y docente, y que tiene un papel clave para explicar el origen de la vida y para garantizar un futuro mejor y con mayor bienestar para las ciudadanas y ciudadanos”.
Ha recordado el alcalde la necesidad de que la química y la ética científica caminen en paralelo. Así, en la Declaración Internacional de la Química de Sevilla se reivindica que “la química está en la base de muchos avances científicos, tecnológicos, innovadores que permiten el progreso de la humanidad”, y se ha referido a su aportación de soluciones a problemas globales como el del abastecimiento de agua, de energía, de alimentos o de fármacos que curen nuestras enfermedades, lo cual “requiere de una apuesta clara por la investigación y la innovación a través de un buen, transparente y adecuado uso de la química”.
“Efectivamente, no se puede hablar de agua apta para fertilizar y para beber, de energía limpia, de alimentación saludable, de crecimiento demográfico, de lucha contra la enfermedad o de cambio climático, sin contar con la aportación de productos y tecnologías que, en el ámbito de la química, contribuyan a un modelo de crecimiento sostenible”, ha afirmado Ribó en otro momento de su intervención.