“Hemos iniciado los trámites para que Valencia comience a salir de la ilegalidad a partir de hoy”. Con estas palabras, la concejala de Cultura, Glòria Tello, ha dado a conocer la propuesta que llevará a la Comisión de Cultura para proceder al cambio de determinadas vías urbanas del nomenclátor de la ciudad, en función de las determinaciones de la Ley de Memoria Histórica.
Los cambios propuestos responden al estudio e informe realizado por el Aula de Historia y Memoria Democrática de la Universitat de València, concretamente al equipo de investigadores y especialistas coordinado por el profesor Antonio Morant, que ha acompañado a la concejala en la presentación de la iniciativa. Durante aproximadamente 5 meses, el equipo investigador ha analizado los expedientes y los acuerdos específicos que llevaron a cambiar el nombre de determinadas vías públicas entre el 1 de abril de 1939 (fecha en que Valencia fue tomada por las tropas sublevadas) hasta la primera Corporación de la Democracia, en 1979.
En total, son 51 las calles propuestas para su cambio de denominación, y otras 4 las que mantendrán su nombre pero se cambiará la argumentación y motivos que dieron origen a éste, en lo que se conoce como proceso de “resignificación”.
Tal como ha explicado la concejala Glòria Tello, los cambios propuestos se refieren a aquellas vías urbanas cuya denominación “contradice la Ley de Memoria Histórica, y específicamente su artículo 15, que establece que las administraciones públicas tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura”. Por ello, ha añadido la delegada, se ha impulsado esta acción “desde el máximo respeto a la ley, y desde el convencimiento de que la ciudadanía tiene derecho a que las vías públicas sean lugar de encuentro y no de enfrentamiento o agravio”. Todo el procedimiento se ha realizado con el máximo rigor y profesionalidad, bajo la asesoría de la Universitat de València.
Con la transversalidad y la participación como bases, los criterios para renombrar las calles se asientan sobre 7 pilares, ha explicado la concejala de Cultura: en primer lugar, la recuperación de denominaciones antiguas, como es el caso de la avenida del Baró de Càrcer, que recupera el nombre que aún reconoce y utiliza buena parte de la población: avenida de l’Oest.
En segundo lugar, se han adoptado las propuestas emitidas por el Consell Municipal de la Dona dirigidas a dar visibilidad al papel histórico y actual de las mujeres en el callejero urbano, dado el reducido porcentaje actual de calles con nombre de mujer. Así, se incorporarán vías como por ejemplo Manuela Solís (reconocida ginecóloga), o Jerònima Galés (impresora de relevancia), entre otras.
También se han tenido en cuenta antiguos dictámenes de la Comisión de Cultura o mociones aprobadas en las Juntas de Distrito en legislaturas anteriores, que no se habían implantado nunca. Es el caso, por ejemplo, de la calle dedicada al activista vecinal Félix del Río, aprobada en la Junta de Distrito de Trànsits hace años, que será el nuevo nombre de la calle Doctor Marco Merenciano. El cuarto criterio recoge las peticiones obrantes y aún no atendidas en el Servicio Municipal de Recursos Culturales por parte de la ciudadanía. “Hemos querido dar respuesta a estas iniciativas”, ha señalado la concejala, con ejemplos como las calles dedicadas al fotógrafo Agustí Centelles (en sustitución de Gual Villalbí) o al profesor Higinio Noja (por Samuel Ros).
También se incorporan nombres de personas o agrupaciones que han contribuido a la proyección cultural de la ciudad y a su engrandecimiento artístico y científico, como las nuevas calles dedicadas al Equip Crònica (para la plaza Francisco Bosch i Ariño), o Javier Goerlich, arquitecto (para la calle Francisco Dolz). En esta misma línea, se ha optado por poner nombres de conceptos relacionados con la cultura y el saber en general, como las calles de la Poesia (por calle Damián Adalid), calle de la Fotografia (calle Carmen Tronchoni) o calle de la Literatura (por José María Osset). El séptimo criterio utilizado ha sido el de fomentar los valores universales y dignos de reconocimiento general, y como ejemplo se puede citar la nueva calle dedicada a la Democràcia, en sustitución de la calle Castán Tobeñas.
Además de los 51 nombres de calles a cambiar, se “resignificarán” otras 4: las plazas de Amèrica y de Galícia, la avenida de Portugal, y la calle de Belchite, que mantendrán su nombre, pero en cuyos expedientes se cambiarán las razones de la denominación (inicialmente, en las cuatro se argumentaban motivos de apoyo y exaltación de la sublevación militar, la guerra o la dictadura).
La propuesta se elevará a la Comisión de Cultura del próximo jueves, que emitirá un dictamen previo al acuerdo que habrá de adoptar la Junta de Gobierno Local, tal como establece la Ley de Bases de Régimen Local.
La concejala de Cultura ha adelantado la decisión del Equipo de Gobierno de mantener la convivencia del nuevo nombre de las vías urbanas con el antiguo para evitar las molestias a la ciudadanía, así como a los comercios y empresas radicados en ellas. Asimismo, Glòria Tello ha agradecido el apoyo y la colaboración de la Federación de Asociaciones de Vecinos “por su predisposición a participar y la ayuda prestada en todo momento”.