La Junta de Gobierno Local aprobará la justificación de la subvención concedida por la concejalía de Agricultura y Huerta a la asociación “Per l’Horta”, para la realización del proyecto de implantación del Observatorio Ciudadano de l’Horta en el municipio de València. La asociación ha rastreado la huerta de la ciudad con el objetivo de conocer su estado y hacer un seguimiento de todos los campos y patrimonio rural que se encuentra en el término municipal.
Dentro de la iniciativa, que se enmarca en el Pacto de Milán, se ha creado una aplicación informática donde se ha volcado toda la información de las partidas en las que se divide la huerta de València. Se ha elaborado un registro tanto de los campos de cultivo como del diferente patrimonio rural que acoge la huerta: alquerías, azuds, barracas o canalizaciones de agua, entre otros.
Uno de los aspectos a destacar de esta iniciativa es que se ha hecho con la participación e implicación de la sociedad civil, especialmente de asociaciones de vecinos y escuelas. Así, se han desarrollado actividades formativas en las que se han hecho observaciones sobre el territorio y recopilación de datos. Ahora el compromiso es repetir estas salidas de manera programada para incorporar datos nuevos o actualizar las existentes en la base de datos.
El Ayuntamiento aprovecha los datos sobre los campos para tener registrados cuáles son los que están abandonados, de forma que pueda informar a los propietarios de su obligación de mantenerlos y ofrecerles la posibilidad de incorporarlos al banco de tierras recientemente puesto en marcha por la concejalía de Agricultura i Huerta.
Se han creado nueve grupos en la ciudad de Valencia. Uno es el de la Partida de Dalt (Campanar), que está formado por el grupo scout Campanar y por “Taula per la Partida”, un grupo formado en total por 12 personas. Este grupo observó algunos vertederos en los ribazos y márgenes. Gracias a tener esa información ahora el Ayuntamiento puede iniciar los trámites para resolver el problema.
En la partida de la Punta-Nazaret, el grupo está formado por miembros del AA.VV. de Nazaret y también lo forman 12 miembros. La partida de Sant Esteve (zona de Vera) la forman personas vinculadas a la Facultat de Geografía de la Universitat de València, al Grupo Consum Vera, y vecinos y vecinas.
La partida de las Casas de Bàrcena está formada por la Associació Cultural Macarella (Bonrepòs i Mirambell) y está formado por dos personas. En este espacio destaca la gran cantidad de campos en cultivo. La Partida de Castellar está formada por personas de la AA.VV. de Castellar-Oliveral y la forman siete miembros. Han detectado muchas ‘ceberes’, algunas en deficiente estado de conservación, y están haciendo un trabajo de recogerlas en el libro “La sombra de la Cebera” para que se protejan mejor”, según se señala en la memoria.
También hay un grupo de trabajo en la partida del Rincón de Sant Llorenç. (Orriols), promovido por la AA.VV de Orriols-Rascanya, en el que participan nueve personas. En la Partida de la Font de Sant Lluís, participan cuatro personas vinculadas a la asociación de vecinos del barrio. En la observación se vio que había bastante zonas en barbecho de verano, algunas abandonadas. “Fuimos por acequias de tierra y se observaron problemas de limpieza de acequias”, explica la memoria.
Finalmente, el noveno grupo es el de la partida Cantarranes (Benimàmet) y está formado por el Grup de Jovens de Benimàmet, vinculado a la asamblea vecinal, formado por un total de nueve personas.
La concejala de Agricultura i Horta, Consol Castillo, ha afirmado que “el inventario es un paso más en la planificación de acciones y actividades municipales para la promoción de la huerta que demuestra, por fin, que el Ayuntamiento de Valencia cuida y protege el cinturón verde que rodea la ciudad: su huerta. Este proyecto es una novedad que el Partido Popular, en 24 años de gobierno, no tuvo tiempo de hacer”.
Esta iniciativa se encuentra enmarcada en una de las acciones (la número cinco) que recomienda el Pacto de Milán a las ciudades y se incorporará en el libro que publicará la FAO cómo una de las buenas prácticas a nivel mundial que se están llevando a cabo.