- Para el concejal de Compromís, Ferran Puchades, esta maniobra es una muestra más de la “persecución sistemática” del gobierno de PP y Vox hacia los mercados extraordinarios de barrio
El concejal de Compromís Ferran Puchades ha denunciado que el ayuntamiento de València ha suspendido el acontecimiento de promoción de los mercados extraordinarios (mercadillos de barrio) que estaba previsto para el 30 de noviembre a pesar de que las asociaciones de vendedores habían pedido realizarlo.
Desde el año 2018, cuando el gobierno municipal de Compromís lo instauró, se venía celebrando el denominado “Un mercado extraordinario”, como acto de promoción e impulso de los mercados extraordinarios de barrio, que se realizaba una vez en el año en la plaza del Ayuntamiento, para acercar la realidad cotidiana comercial de los barrios al gran público. Este acto venía congregando alrededor de 300 vendedores en las convocatorias de los años 2018 y 2019 y con gran éxito de venta para los comerciantes.

Este año, el gobierno de Catalá había iniciado los trámites para hacer el acto, pero lo trasladó al lecho del río entre los puentes de la Exposición y del Real, como “una clara maniobra de invisibilización del mercado y sacar-lo de la vista de la ciudadanía, obligando a bajar al río para poder acceder” ha manifestado Puchades, que ha denunciado que el resultado de esta maniobra ha sido una bajada en la demanda de los comerciantes y finalmente la suspensión del acto por resolución a fecha 11 de noviembre.
El concejal valencianista ha denunciado la “persecución sistemática” del gobierno de PP y Vox hacia los mercados extraordinarios de barrio. “Cuando Catalá estaba a la oposición ya se dedicó con saña a perseguir a los mercadillos desde un indisimulado clasismo. A la alcaldesa de València no le gustaba ver ropa interior ni ropa con precios accesibles en la calle porque se ve que afecta a su moral y a su gusto. La gente normal de la calle solo le sirve cuando viene campaña electoral pero no está dispuesta a facilitarlos su vida cotidiana.”
Para Puchades, “las propias asociaciones de comerciantes le habían pedido una nueva oportunidad para ampliar el número de vendedores que pudieran asistir al acontecimiento, pero Catalá ha acordado de manera unilateral, soberbia y autoritaria, que el acto no se hará. Primero los niega la plaza del Ayuntamiento, los envía al destierro para hacer el acto al lecho del Turia y finalmente lo suspende sin atender a los comerciantes, esta es la auténtica cara de Catalá.”
Puchades ha defendido los mercados extraordinarios como muestra de la vida comercial de los barrios populares de València. “Los mercadillos aportan vitalidad en nuestros barrios, ponen al alcance de la ciudadanía productos asequibles y acercan en las calles algunas mercancías que prácticamente han desaparecido de los comercios sedentarios de la ciudad. Solo una mirada clasista y con sentido de superioridad moral puede justificar la actitud de Catalá de poner palos a las ruedas y dificultar el impulso y desarrollo de los mercadillos”.