• La portavoz Papi Robles critica que el Ayuntamiento dé carta blanca a un fondo buitre para hacer una reforma integral aun sabiendo que allí viven personas mayores: “Están solos frente a un gobierno que les ha dejado tirados”

Una vez más, la alfombra roja que Catalá ha puesto a los fondos buitre está expulsando al vecindario de València. Ante la práctica habitual de comprar edificios enteros para convertirlos en negocio especulativo, el Ayuntamiento en manos de PP y Vox mira hacia otro lado. Es lo que está pasando con los cuatro vecinos que aún resisten en la Finca Groga del barrio de la Saïdia —tres con contratos de renta antigua y una inquilina con contrato vigente hasta 2026—, tal y como denuncia la portavoz de Compromís per València, Papi Robles. El gobierno de Catalá ha autorizado una declaración responsable para una “reforma integral” de todo el edificio con las familias dentro. Para Robles, esta autorización “es un nuevo cheque en blanco para los especuladores”.

Tras visitar a los vecinos afectados, la portavoz lamenta que el gobierno municipal sabe desde julio que el edificio está habitado y, aun así, haya validado la declaración responsable: “Es imposible entender cómo el Ayuntamiento puede mirar hacia otro lado mientras una promotora presiona a personas mayores para que abandonen su casa. Les han ofrecido dinero que no les permite encontrar nada en el barrio, pero no quieren marcharse porque su vida y su entorno están allí. Esta es la València real que Catalá está expulsando”.

Robles recuerda que el colectivo La Saïdia Comuna lleva meses alertando del riesgo de conversión del edificio en pisos turísticos disfrazados de ‘larga estancia’, una fórmula que esquiva la moratoria municipal aprobada por PP y Vox: “La moratoria de Catalá está llena de grietas, y la Finca Groga es el ejemplo más claro. La realidad es que el turismo especulativo sigue entrando por la puerta grande del gobierno de Catalá, mientras las familias salen por la puerta de atrás”.

Explicaciones en la Junta de Distrito

Robles avanza que Compromís exigirá explicaciones inmediatas al concejal de Urbanismo, Juan Giner, en la Junta de Distrito del 11 de diciembre: “En pocos días comenzarán las obras y nadie ha explicado cómo piensa garantizar la seguridad, la accesibilidad y la convivencia de las personas mayores que viven allí. Es de una irresponsabilidad enorme. No pueden permitir que una declaración responsable sea una carta blanca para expulsar vecinos”.

La portavoz recalca que el caso de la Finca Groga “no es una excepción, es otro símbolo de la València especulativa de Catalá”: “En València se multiplican los apartamentos turísticos, los hoteles y la compra masiva de edificios por fondos buitre. Esto ha disparado el precio del alquiler y de compra, y está condenando a la gente a abandonar sus barrios. La ciudad está perdiendo alma, y la culpa es de un gobierno que ha hecho bandera de dejar hacer a los especuladores, dejar pasar y mirar hacia otro lado”.

Para Compromís, el mensaje es claro: “O València protege a su vecindario o se convertirá en un decorado donde vivir será un privilegio para unos pocos. La Finca Groga aún está a tiempo de salvarse, pero hace falta voluntad política, y lo que vemos en Catalá es exactamente lo contrario”.