• La coalición valencianista vuelve a alertar de que Catalá no solo propicia la pérdida de patrimonio, sino que acelera la turistificación de la ciudad y promueve la especulación

Compromís denuncia que el Ayuntamiento de València ha concedido licencia para el derribo de una nave industrial histórica en la calle Lliri número 11, en el barrio de Camins al Grau, datada en 1925 según el Catastro y representativa del patrimonio industrial de la ciudad, para permitir la construcción de 22 apartamentos turísticos con piscina.

La denuncia llega tras las quejas del vecindario, que ha alertado a Compromís del inicio de los trabajos de derribo y del temor creciente a una nueva oleada de turistificación en el barrio. Para la portavoz de Compromís per València, Papi Robles, este caso “demuestra que Catalá está acelerando la turistificación de la ciudad y es una clara promotora de la especulación. Por el camino, propicia la pérdida de patrimonio, una imagen de València que ya no volverá”. Además, considera que, aunque este edificio no esté incluido en los supuestos de la moratoria vigente, “ya hemos conocido muchísimos casos en los que esta norma es papel mojado y no está sirviendo para nada”.

La concejala valencianista ha advertido de que los apartamentos turísticos “no paran de crecer en València y seguirán haciéndolo porque el PP decidió reservar hasta un 3% de cada barrio para estos usos, una decisión que está expulsando al vecindario de su propia ciudad”. Robles ha recordado que cuando el Ayuntamiento quiere, “puede frenar proyectos especulativos”, como ocurrió con las naves de Guatla, en la Saïdia. “Pero lo que estamos viendo es que Catalá ha puesto València en venta. La turistificación ya no es una amenaza futura: está provocando la mayor expulsión de vecindario en décadas, sustituyéndolo por personas con rentas muy altas que pueden asumir precios absolutamente desorbitados”.

Ni tocándote el Gordo de Navidad

En este sentido, la portavoz del primer partido de la oposición ha señalado que el otro día leíamos en prensa “que con el Gordo de Navidad solo podrías comprar un piso de 90 metros cuadrados en València. Es una imagen muy clara de hasta qué punto se ha disparado el coste de la vida y, especialmente, el coste de la vivienda en nuestra ciudad”.

Una zona portuaria desvirtuada

Compromís también ha criticado la contradicción del gobierno municipal, que habla de poner límites, “pero autoriza apartamentos turísticos con piscina en antiguos espacios industriales e impulsa rascacielos en el Puerto con usos compartidos como hotel, desvirtuando por completo el paisaje portuario y, además, cediendo suelo municipal a la Autoridad Portuaria”. “Esto no es planificar ciudad, esto es venderla a trozos”, ha denunciado Robles.

La coalición valencianista ha reiterado que defender el patrimonio, la vivienda y los barrios “no es una cuestión ideológica, sino una obligación institucional”, y ha advertido de que continuará fiscalizando cada licencia y cada decisión que contribuya a convertir València en una ciudad cada vez más inaccesible para la mayoría de su gente.