• El primer partido de la oposición acusa a Catalá de abrir la puerta a los inversores por la puerta de atrás y alerta de que el nuevo criterio municipal desprotege los bajos residenciales y los Pobles de València

Compromís per València ha denunciado la ineficacia de la moratoria sobre apartamentos turísticos del Ajuntament de València, que califican de «papel mojado» por la cantidad de agujeros legales que permiten seguir operando al mercado especulativo. Desde la llegada de la medida en mayo de 2024, que fue anunciada previamente por la alcaldesa Catalá “facilitando un efecto llamada para centenares de solicitudes”, se han registrado más de 1.200 nuevas altas en la ciudad, una cifra que evidencia la falta de control real por parte del gobierno del Partido Popular y Vox.

El último cambio de criterio interpretativo del equipo de gobierno ha encendido todas las alarmas. Con esta modificación, el Ajuntament de València equipara algunos bajos de edificios residenciales mixtos a suelo terciario exclusivo, lo que en la práctica supone abrir de par en par la puerta a la turistificación de espacios que deberían servir como vivienda o comercio de barrio. Para Papi Robles, esta maniobra no es una aclaración de dudas, sino una «trampa institucional para vaciar de contenido la moratoria y favorecer los intereses de los grandes tenedores en detrimento del bienestar de la ciudadanía”.

Robles ha remarcado que esta moratoria «tiene más agujeros que límites reales» y que el resultado es el de siempre, «otro desastre de un gobierno que no gobierna para la gente, sino para los especuladores». Según la portavoz de la coalición, con esta interpretación el Ayuntamiento vacía la medida y «vuelve a abrir la puerta a los apartamentos turísticos dentro de edificios donde hay vecindario», justamente la situación que había que evitar para proteger la convivencia diaria.

La situación es especialmente grave en los Pobles de València, que han quedado excluidos de esta protección a pesar de sufrir la presión de la especulación. Según el segundo partido de la ciudad, muchos de estos núcleos, especialmente los afectados por la reciente dana, están viendo cómo los bajos se transforman en apartamentos turísticos en lugar de recuperar los servicios esenciales para el vecindario. Todo este proceso se está produciendo, además, con una opacidad constante, ocultando los informes sobre apartamentos cerrados que incluso el Síndic de Greuges ha reclamado formalmente.

Sin vivienda disponible

El impacto de esta gestión se traduce en una reducción drástica de la oferta de vivienda de alquiler y un aumento de los precios que expulsa a las familias de sus barrios. Robles ha sido contundente al señalar que la idea original era «sacarlos del tejido residencial y proteger la vida de barrio», pero ha lamentado que el gobierno de Catalá lo esté cambiando «por la puerta de atrás» para permitir que el mercado turístico gane terreno.

Ante esta deriva, la formación valencianista ha exigido una rectificación inmediata del criterio interpretativo y la implementación de una moratoria real, sin excepciones y ampliada a todos los pueblos de la ciudad. La portavoz ha advertido que desde Compromís lo dicen claro y exigen “que cierren este agujero y no aboquen a miles de vecinos a más presión y a una convivencia difícil».