Pese al impacto de la dana y la constatación de que proyectos con esas características de diseño y funcionalidad empeoran las condiciones de la ciudad para afrontar y disminuir las consecuencias de catástrofes similares, PP y Vox se han negado a asumir la propuesta de Compromís para revisar algunos grandes proyectos urbanos con costes millonarios que aún no han empezado a ejecutarse pero ya nacen arcaicos y obsoletos.

 “Confiábamos que la gravedad de lo vivido hace poco más de un mes y el drama de sus consecuencias sería suficiente para que el gobierno de María José Catalá rectificara y echara el freno a sus proyectos de sustitución de las zonas verdes previstas por el gobierno de Joan Ribó por nuevas autovías”, recuerda el concejal Giuseppe Grezzi, ponente de la propuesta. Pero finalmente, añade, “no sabemos si por convicción en el estúpido negacionismo del cambio climático que caracteriza a la extrema derecha o por simple tozudez, Catalá y los suyos han votado en contra de revisar y recuperar el enfoque original de proyectos como el del Parque García Lorca, la avenida Pérez Galdós, la naturalización del eje vial Xàtiva- Guillem de Castro y de la av del Puerto, los PAIs de Benimaclet i del Grau, y el Corredor Verde, en los que la permeabilidad del suelo y la reducción de las superficies asfaltadas, que tanto daño habrían evitado en la reciente dana, eran una realidad. Proyectos que estaban enfocados a reducir las ‘islas de calor’ y las subidas de temperatura, que solo se consiguen con más verde urbano y menos asfalto”.

En cambio, los concejales de PP y Vox se han limitado a votar una moción alternativa en la que no se hace ninguna referencia a la revisión de las actuaciones y ni siquiera se adquiere ningún compromiso a futuro en el mismo sentido. “Es una noticia terrible”, valora el que fuera concejal de Movilidad Sostenible en las pasadas legislaturas, “porque evidencia que estamos en manos de un gobierno absolutamente temerario, al que le da absolutamente igual, no ya las condiciones de vida en la ciudad de València de las futuras generaciones, sino de los que ahora mismo vivimos en ella. Su cerrazón no es ni siquiera es justificable desde un punto de vista económico, porque igual que nadie se compraría para su casa un reproductor de vídeo de VHS, ninguna ciudad moderna está gastándose su presupuesto construyendo nuevas autovías en su centro urbano. Es tirar el dinero. Y eso es lo que está haciendo Catalá con el dinero y la salud de los valencianos”.