La concejala del Grupo Municipal Compromís, Consol Castillo, ha propuesto, a través de una moción, el establecimiento de una Mesa para la Convivencia en el barrio de Velluters, conformada por la asociación de vecinos El Palleter, la asociación de comercio del centro histórico, las ONG que trabajan con las mujeres prostitutas (Cáritas, Lambda, APIP y Médicos del Mundo), el Ayuntamiento de València (equipo de gobierno y grupos de la oposición) y una representación de las mujeres que ejercen la prostitución y que refleje la diversidad de este colectivo.
Según Castillo, «esta mesa debe tratar de dar respuesta al problema del uso del espacio público por parte de todas las partes implicadas, estableciendo normas claras sobre dónde no se puede ejercer la prostitución de ninguna de las maneras». Al mismo tiempo, también reclamamos un plan Plan Integral de Reinserción sociolaboral de las mujeres que desean dejar la prostitución, que cuente con todas las asociaciones que actualmente trabajan en este ámbito en el barrio de Velluters, así como la realización de un informe anual sobre la realidad de la prostitución en el barrio de Velluters: nacionalidad, edad, zonas donde se ejerce, sexo… de manera que el Ayuntamiento de Valencia conozca cuál es la realidad de la prostitución que se ejerce en el barrio.
En la misma propuesta, Compromís apuesta por la redacción de un Plan Local de lucha contra el tráfico de drogas en el barrio de Velluters, en colaboración con la Policía Nacional, dirigido a controlar el tráfico de drogas y reducir al máximo su consumo en la calle.
La prostitución en la ciudad de València es un fenómeno localizado en puntos muy concretos como el barrio de Velluters, donde los vecinos y vecinas han mostrado su disconformidad con el foco de prostitución de calle. A pesar de que durante los últimos años el número de mujeres prostitutas ha bajado, sigue habiendo focos de prostitución de calle en Velluters, sobre todo alrededor de la Calle Viana. Durante los últimos meses se han hecho intentos para aprobar una ordenanza que regulara la prostitución callejera -la visible para el otro, la de los clubes, ni se menciona- identificando equivocadamente la degradación del barrio con esta problemática.
Desde el grupo municipal Compromís, en cambio, pensamos que la prostitución no es la causa directa de la degradación que hay en el barrio, sino más bien al contrario, es la consecuencia. Y si no luchamos contra las causas de la degradación (envejecimiento del barrio, poca actividad económica …) la prostitución seguirá el mismo lugar. Castillo ha explicado que «prohibir sin más la prostitución de calle sin dar ninguna salida a las mujeres que la ejercen es dirigirlas aún más a la marginalidad, ya que muchas de ellas se verán obligadas a negociar los tratos sexuales más clandestinamente y por tanto, en situaciones de mayor vulnerabilidad para las mismas o las obligará a trasladarse a polígonos industriales de fuera de València o incluso se trasladarán a otros barrios de ciudad». La concejala de Compromís ha avisado «no nos engañemos, la prostitución no desaparecerá porque muchas de las mujeres no tienen otra vía de ingreso económico y por tanto, las multas no serán disuasorias para la continuación de la práctica. Además, muchas de ellas son insolventes y sin patrimonio y por tanto, la multa no tendrá ningún efecto porque simplemente, no las podrán pagar ni voluntaria ni involuntariamente «.
Por otra parte, para Castillo «multar a los clientes es una forma encubierta de multar a las mujeres, porque las obligará a negociar las prácticas sexuales de manera más vulnerable, lo que inevitablemente redundará en una mayor frecuencia de agresiones por parte de clientes violentos». Finalmente, desde Compromís creemos que «Valencia no puede girar la cara a los pobres resultados que otras normativas del mismo estilo aprobadas en otras ciudades como Madrid y Barcelona, donde las normativas puramente punitivas no han servido prácticamente de nada. Si acaso, para hacer más difícil la vida de las principales víctimas: las mujeres que ejercen la prostitución. Además, sin ninguna alternativa económica que permita a estas mujeres dejar la actividad todas las medidas punitivas, ya sea multar a ellas y a los clientes, o sólo a los clientes, están destinadas al fracaso y sólo sirven para un lavado de cara sin ninguna posibilidad de éxito «. «Sólo desde el diálogo entre las partes en el barrio -indicó la concejala del Compromís se podrán solucionar los problemas, una visión progresista sobre esta problemática que pasa por dar voz a las partes implicadas y no imponer una solución no consensuada desde el equipo de gobierno «.
Pero más allá del problema específico de la prostitución, para Compromís, «el barrio también sufre una serie de factores que contribuyen a su degradación y a la sensación de inseguridad constante que se produce y que, con toda la razón, los vecinos y vecinas están hartos de denunciar. Entre ellos destaca el tema del tráfico de drogas, delito que sí está tipificado en el Código Penal y al que ahora mismo, el Ayuntamiento no está dando respuesta «.