La concejala de Cultura, Gloria Tello, ha presidido esta mañana el homenaje que el Ayuntamiento de Valencia ha rendido al pintor Ignacio Pinazo, de quien se celebra en 2016 el Año Pinazo, con motivo del centenario de su muerte. En este acto, celebrado junto a la escultura dedicada al pintor valenciano y realizada por su propio hijo, en la calle de Colón, Tello ha reafirmado el compromiso del gobierno municipal «para que nuestro ilustre conciudadano no caiga en el olvido, para promover su resurgimiento y que un personaje tan valioso y singular sea conocido y reconocido».
«Este homenaje a Ignacio Pinazo en el centenario de su muerte es más que merecido porque se trata de uno de los pintores valencianos que más ha dado a conocer su obra en el mundo y, sin embargo, pensamos que nunca había sido suficientemente reconocido «, afirmó Gloria Tello en su intervención en el acto en el que, además de las falleras mayores de Valencia, Raquel Alario y Clara Parejo, han participado el secretario autonómico de cultura, Albert Girona, y el concejal del Grupo Municipal ciudadanos, Fernando Giner, junto a los descendientes de Pinazo, entre ellos sus tataranietos José Eugenio y José Enrique Casar Pinazo, y sus bisnietos Rodrigo e Ignacio Casar Tena Pinazo.
Gloria Tello destacó, por su parte, la coincidencia y suma de esfuerzos de todas las administraciones valencianas, junto a diversas entidades e instituciones, «que ha permitido preparar numerosos actos y exposiciones para rendir homenaje a quien el Pleno del Consejo proclamó Embajador en el Exterior de la Cultura y la Identidad Valencianas «. Tello ha recordado que el Consejo declaró 2016 como Año Pinazo, lo que supuso el punto de partida de un amplio programa de actos y actividades «al que se sumará dentro de dos semanas, el 3 de noviembre, una exposición especial en torno a la figura y la obra de Ignacio Pinazo en la Sala Municipal de Exposiciones del Almudín”.
Recordó que Pinazo fue «un gran enamorado de esta ciudad que hoy le rinde homenaje», y se refirió al esfuerzo del Ayuntamiento «para mantener viva la memoria y el recuerdo de un artista del obra es precursora de movimientos artísticos como el realismo, el naturalismo o el impresionismo”. En su opinión, el Año Pinazo ha propiciado «el feliz reencuentro de la sociedad valenciana con Pinazo que, junto al arquitecto Goerlich, fue pionero a la hora de valorar lo local como un elemento de modernidad».
Tello ha considerado especialmente importante «la vertiente educativa» en este reconocimiento de personalidades como la de Ignacio Pinazo, en una labor que se puede complementar con publicaciones, exposiciones, conferencias y otras iniciativas. «Para un equipo de gobierno al servicio de las ciudadanas y los ciudadanos, que apuesta por que la cultura y la educación lleguen a todos, es una gran satisfacción promover y participar en este acto de homenaje y conmemoración del centenario de la muerte de un pintor, el primer gran moderno valenciano, que hizo de la belleza una herramienta de trabajo, para que tenga la consideración que merece quien fue también uno de los mejores retratistas europeos de su tiempo”.