La organización y distribución adecuada de los alimentos, la democratización de los mercados, el impulso de la venta de los productos de proximidad y saludables, la movilidad sostenible, la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero, el desarrollo urbanístico compacto, que no segregue la ciudad para que todos los barrios dispongan de los servicios básicos, y la promoción de energías alternativas son algunas de las “preocupaciones” del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, tal como ha manifestado hoy el alcalde, Joan Ribó, en la jornada organizada por la ONU con el fin de aplicar “una Nueva Agenda Urbana” para hacer de las ciudades espacios más inclusivos y fomentar el desarrollo urbano sostenible de los próximos 20 años.
En su intervención en la mesa “De lo Global a lo Local: La implementación de la Nueva Agenda Urbana en España”, celebrada en el marco de la citada jornada, el alcalde de Valencia ha explicado “que el Ayuntamiento trabaja ya en estos temas y”, ha matizado, “lo hacemos con la participación de la ciudadanía, con presupuestos participativos”.
Joan Ribó ha concretado algunas de las políticas desarrolladas en Valencia, Capital Mundial de la Alimentación, “para impulsar una producción alimentaria sostenible y accesible”, y ha destacado “las acciones desarrolladas para mejorar la movilidad de las personas y para hacer la ciudad más sostenible”, así como las iniciativas “para aumentar la eficiencia energética de las instalaciones municipales, disminuir el derroche por contaminación lumínica de la ciudad y exigir al Estado que cambie la legislación eléctrica de oligopolio que impide que los particulares puedan tener autoconsumo”.
En el mismo foro, convocado bajo el título “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana: Juntos en acción”, el alcalde también ha hablado, ante las preguntas de los periodistas, “de la carencia de viviendas sociales de la ciudad de Valencia, y ha anunciado que el Ayuntamiento quiere hacer un parque de este tipo de viviendas para atender las necesidades de las personas que viven en la calle, personas inmigrantes, etc.”.
“Nos hemos encontrado”, ha explicado, “con la situación curiosa de que los bancos, que tienen reservas de viviendas vacías sin ocupar, no han querido pujar en un concurso que organizamos para adquirir estos inmuebles y prestar un servicio, como lo podían hacer otras urbes como Zaragoza que, con menos habitantes que Valencia, tenía 2.500, mientras Valencia tenía menos de 200, frente a las casi 10.000 de Barcelona”.
“El caso es que los bancos tienen sobrevalorados esos pisos y no quieren venderlos a los precios reales de mercado, que son los que nosotros pensábamos pagar. Pero ahora estamos centrando la política de vivienda en la concesión de ayudas para el alquiler, y también nos gustaría contar con la legislación para gravar impositivamente las viviendas vacías”, ha añadido el alcalde de Valencia.
En el coloquio también han participado la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el subsecretario general de Naciones Unidas y director ejecutivo de ONU-Habitat, Joan Clos, además de varios representantes del Ministerio de Fomento y del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.