El proyecto presentado por los artistas falleros José Latorre y Gabriel Sanz ha sido el seleccionado para plantar la falla grande municipal de 2018. Latorre (València, 1962) planta fallas desde 1981 y desde 2001 hasta 2013 fue el maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros y presidente de la Federación de Artistas Falleros y Hogueras de la Comunitat Valenciana. Desde 1987 su trabajo va asociado al de Sanz (Cuenca, 1959), que desde muy joven inició su trayectoria profesional en el taller de los hermanos Sánchez y en la actualidad es secretario de la Cooperativa de Artistas Falleros. Ambos ya plantaron la falla grande municipal el año 2008, por lo que la del año que viene será su segunda falla en la Plaça de l’Ajuntament de València.

El jurado ha seleccionado por unanimidad este proyecto que contará con la colaboración de un diseñador de renombre internacional, Okuda San Miguel (Santander, 1980), licenciado en Bellas Artes, con trabajos de arte urbano reconocidos desde 1997 y con una evolución desde 2009 que le llevan a unas estructuras geométricas multicolores muy características, en ocasiones catalogadas como surrealismo pop con esencia de la calle, y que tratan contradicciones sobre el universo, el sentido de la vida, la conexión entre las raíces y la modernidad o el capitalismo. Sus obras pueden disfrutarse en galerías y espacios urbanos de países de todo el mundo como los Estados Unidos, Brasil, la India o Sudáfrica.

El jurado que ha seleccionado la falla grande municipal del año que viene lo han integrado: Amparo Díaz, profesora titular de escuela universitaria, miembro del equipo Totfalles ,colaboradora fundadora de la revista Cendra y participante en El Turista Fallero, responsable además de diversos cargos en diferentes comisiones falleras, a propuesta de la Interagrupación de Fallas; Ramon Lluch, licenciado en medicina y cirugía por la Universitat de València, expresidente de la comisión Doctor Manuel Candela – Beatriu Tortosa y fallero en la actualidad de la comisión Sapadors – Vicent Lleó, por designación de la Federación de Fallas con Especial Ingenio y Gracia, de la que es presidente desde su creación en 2004; María Jesús Giménez Pinto, artista fallera y pintora de algunas fallas, licenciada en Bellas Artes y profesora del ciclo formativo de técnico superior en artista fallero y construcción de escenografías, en representación del Gremio de Artistas Falleros; Sebastián Alós, responsable del desarrollo de diversos proyectos de identidad corporativa, diseño de producto y editorial y cuyo trabajo forma parte de colecciones permanentes del Museo de Diseño y el Museo de las Artes Decorativas de Barcelona, del Museo del Cartel de Wilánow de Varsovia (Polonia) o del Tate Archive Poster Collection de la Tate Gallery de Londres (Reino Unido), a propuesta de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana, de la que forma parte al igual que del Bureau of European Designers Association (BEDA) y Fomento de las Artes y del Diseño (FAD); y Aurelio Doménech, graduado en Bellas Artes y museólogo, responsable de trabajos de asesoramiento cultural en diversos ayuntamientos y de diseños museográficos en instituciones como el Museo Valenciano de Etnología, por designación del Círculo de Bellas Artes, del que es secretario.

En un proceso igual que el realizado ayer para seleccionar la falla infantil municipal del año que viene, las personas responsables de las candidaturas presentadas para plantar la falla grande de 2018 han podido explicar sus proyectos y han respondido a las preguntas de los integrantes del jurado, que han escogido el proyecto de Latorre y Sanz pero que al tiempo han destacado la gran calidad de la otra propuesta presentada por los artistas José Ramón Espuig y Ximo Esteve junto con los artistas plásticos Leonardo Gómez, Francisco Berenguer y Jaume Chornet, a quienes han instado a presentarse de nuevo al año que viene dado el gran atractivo de la propuesta presentada.

Respecto al proyecto seleccionado, Lluch ha destacado “su innovación” y que tras él “hay un profesional del renombre de Okuda”. Por su parte, Díaz ha afirmado que la falla de 2018 “rompe con la estética convencional y al tiempo no lo hace con los elementos de una falla”. Giménez ha valorado sobre todo “la composición, el estilo y el color”, además de las posibilidades que Okuda abre “para el reconocimiento del arte valenciano desde todo el mundo”, mientras que Doménech ha resaltado que el proyecto “da un paso más allá en las Fallas implicando artistas plásticos y falleros” y Alós ha valorado “la presentación de lo grotesco y la estructura piramidal y que revienta de color”.

Pere Fuset, ha agradecido el trabajo del comité seleccionador y ha destacado que “su criterio es el que las entidades falleras y artísticas han querido ver plasmado en forma de falla y esa falla de la Plaça de l’Ajuntament será una de las tarjetas de presentación al mundo entero de las Fallas del año que viene”. Además, ha asegurado estar “muy satisfecho con el proceso de selección de las Fallas, con unas bases consensuadas con los propios artistas falleros para recoger todas sus reivindicaciones y que dan la voz al mundo fallero y artístico en la selección de las fallas de todos y todas”. También ha destacado que este procedimiento “ha facilitado que se multipliquen las candidaturas y ha permitido a los artistas explicar sus proyectos en un proceso que ha durado más de ocho horas cuando antes se decidía en apenas media hora”.

Próximamente habrá un acto específico para la presentación pública del proyecto para la falla grande municipal del año que viene.