“No hay motivos para la alarma, ni tampoco para estar preocupados; pero sí para estar atentos”. El alcalde de València, Joan Ribó, ha situado en sus justos términos las acciones impulsadas desde el Ayuntamiento respecto a los niveles de contaminación detectados en la ciudad, en virtud del protocolo aprobado recientemente. “La realidad en València no acostumbra a ser peligrosa, pero si alguna vez lo es, nosotros lo diremos enseguida, como es nuestra obligación”, ha afirmado el primer edil.
El alcalde ha realizado estas manifestaciones en respuesta a las preguntas de los periodistas que han acudido a la presentación del proyecto europeo MatchUp en Las Naves. Ribó ha recordado que las directrices hechas públicas ayer corresponden al primer nivel del protocolo municipal aprobado recientemente. Tal como ha recordado Ribó, “hasta hace bien poco no teníamos protocolo de actuación en la ciudad, y cuando teníamos situaciones de alarma nadie decía nada; pero ahora, cuando las condiciones que marquen los indicadores nos señalen que hay que preocuparse, alarmarse o simplemente estar atentos, lo vamos a comunicar a la ciudadanía”.
Ayer miércoles, la Concejalía de Calidad Ambiental activó el episodio tipo 1 del protocolo a adoptar durante los episodios de alta contaminación por PM10 que, como es conocido, incluye únicamente medidas de tipo informativo para la población. El alcalde ha recordado que las causas de este episodio no responden, como en otras grandes ciudades, al tráfico, que eleva los niveles de óxido de nitrógeno. En el caso de València, se suman unas condiciones atmosféricas de altas presiones (anticiclón), un incremento de partículas en suspensión PM10, causado por las actividades de quema de paja de arroz autorizada por la Generalitat Valenciana. Y además, en la estación Pista de la Silla hay una contribución adicional de partículas en suspensión procedentes de las obras del Parque Central. Aunque el resultante total no supera, en ningún caso, ningún límite legal.
Respecto a la incidencia de las obras del Parque Central, cabe destacar que la estación de vigilancia está localizada en la mediana de la calle de Filipinas, por lo que los primeros datos que capta son, precisamente, los de la obra. De hecho, en estos momentos no se está produciendo ninguna actividad anormal en dichas obras, incluso se ha reducido el movimiento de tierras que genera suspensión de partículas de polvo en el ambiente, ya que las actuaciones que se están efectuando en estos momentos son de pavimentación y plantado de ejemplares vegetales.
Además, tanto en los accesos como dentro de la obra se han extendido capas de grava y zahorra para se quede dentro el fango que pudieran tener los camiones antes de salir a la calle, y dichos camiones van tapados con lona. También se pasa la barredora y se realiza baldeado en coordinación con los servicios municipales en todos los accesos, y el camión cuba, cuando hay movimientos del suelo que puedan alzar polvo a causa del viento. Finalmente, la maquinaria auxiliar (como grupos electrógenos) está revisada para evitar emisiones de humo; y en el caso de las máquinas para cortar ladrillo, se realiza con mesas de agua y no radial.
“El aire en la ciudad de València no es preocupante, pero en algún momento lo podría ser”, ha recordado el alcalde, como en este caso en el que la situación de anticiclón y la falta de lluvias impiden la dispersión de las partículas. “Lo vamos a decir porque va en ello la salud de muchas personas, y no podemos hacer la política del avestruz como antes, que supone esconderse de la realidad”, ha concluido Ribó.
EL CENTRO DE SALUD DE MALILLA
También ha explicado el alcalde el cambio de ubicación previsto para el Centro de Salud de Malilla, un cambio que responde exclusivamente a la petición de las entidades vecinales y ciudadanas del barrio. Tal como ha recordado Joan Ribó, la ubicación inicial prevista para el centro de salud no reunía las características de proximidad que demandaban los vecinos, por lo que el gobierno municipal planteó una modificación del PGOU de manera que el nuevo centro se construyera en una parcela que había solicitado la Asociación de Vecinos de Malilla, y que en parte es municipal. Dicha parcela garantiza una mayor proximidad a los usuarios y tiene el visto bueno de la asociación.
Ribó ha explicado que, pese a que el Ayuntamiento no es el responsable de la ejecución de la obra, sí ha tenido la voluntad de ceder el terreno. “Un cambio de ubicación implica cambiar solares y un cierto retardo. Pero el asunto se resolverá “antes de finales de año y se pondrá en marcha lo más pronto posible”, ha afirmado. De hecho, el Ayuntamiento ha trabajado durante estos meses para ceder una parcela adecuada a la Generalitat, y se prevé que la cesión sea una realidad el próximo mes de enero, de manera que en 2018 se pueda licitar el proyecto de construcción del nuevo centro de salud en Malilla.
El hecho de que la parcela que cede el Ayuntamiento a la Conselleria no es totalmente municipal ha demorado algo más las gestiones administrativas necesarias, pero una vez finalizados los trámites administrativos, la Conselleria de Sanidad recibe dicha parcela para la construcción del nuevo centro. “El Ayuntamiento atiende las demandas de los vecinos tras muchos años de abandono del barrio por parte de la anterior Corporación, y de la sanidad en general por parte de la anterior administración autonómica. Estamos convencidos de la necesidad de construir un nuevo centro de salud para el barrio”, ha concluido el alcalde.