El Ayuntamiento de València ha celebrado hoy el acto de hermandad entre las Fallas y el Tribunal de las Aguas, los dos Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad “que proyectan València hacia el mundo, junto con la Llotja, el tercer Patrimonio de la ciudad”. El alcalde de València, Joan Ribó, con el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, las Falleras Mayores de València, y los miembros del Tribunal de las Aguas, han participado en este acto, celebrado en el marco de la conmemoración del primer aniversario de la declaración de las Fallas como tal. Después de alabar la proyección que estos dos elementos patrimoniales aportan a València, ha recordado el compromiso del equipo de gobierno municipal que se materializará en un convenio para que en 2018 el Tribunal de las Aguas cuente con un espacio museístico para darse a conocer.
El alcalde, que ha estado acompañado por el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, y la Fallera Mayor de València, Rocio Gil, ha presenciado la sesión del Tribunal de las Aguas de Busot, en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral dónde, como cada jueves a las 12 horas, se derimen los conflictos derivados del uso y aprovechamiento del agua de riego entre agricultores de las comunidades de regantes de las acequias que forman parte de la Vega de València.
Al tèrmino de esta sesión, en la que se ha resuelto uno de estos enfrentamientos, el alcalde ha destacado la tarea de esta institución de justicia, “un tribunal milenario que fue el primer Patrimonio Cutural Inmaterial de la ciudad y que es clave en nuestra historia y cultura, como lo son también las Fallas”. Con todo, además de reconocer el valor histórico cultural y social del Tribunal de las Aguas, el alcalde ha resaltado que esta institución necesita de un espacio para que la ciudadanía se acerque a ella, y ha recordado que el equipo de gobierno quiere firmar un convenio para trasladar la biblioteca municipal que ahora se encuentra a la Casa Vestuario de la plaza de la Virgen María (donde está la sede del Tribunal de las Aguas), y dejar este espacio para hacer un museo alrededor de esta tradición.
Por su parte, el concejal de Cultura, Festiva Pere Fuset, ha explicado que las Fallas querían hacer un reconocimiento al que fue el primer Patrimonio Inmaterial de València, “porque La Llotja fue declarada patrimonio de la Humanidad antes, pero como material”. Además, ha añadido, “con el Tribunal de las Aguas, compartimos muchas cosas, entre ellas el uso del valenciano, que es uno de los motivos por el cual las Fallas también son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.
Como representante de la fiesta grande de la ciudad, la Fallera Mayor ha manifestado su “orgullo porque las tradiciones y la cultura valenciana sean reconocidas, por fin, en el mundo entero”. De esta manera, Rocío Gil ha expresado su satisfacción por este hermanamiento entre patrimonios, que se vinculan por la tradición propia de la ciudad de València, cada una en su vertiente. Por su parte, el presidente del Tribunal de las Aguas, José Font, ha asegurado que esta institución “es un referente cultural y de costumbres del pueblo valenciano y del pueblo labrador”, y ha defendido la manera de proceder del Tribunal, como fuente de riqueza cultural e histórica de los valencianos.