Ribó: «Todo parece pensado para maximizar la recaudación en lugar de favorecer el aparcamiento del vecindario»
El portavoz del Grupo Municipal Compromís, Joan Ribó, ha exigido rebajar las tarifas anuales que pagan los usuarios de la zona Naranja en Ciutat Vella, mejorar el sistema de renovación semanal para evitar las disfunciones y sanciones como actualmente ocurre y también renovar el diseño para evitar confusiones con los agentes sancionadores. Estas propuestas, entre otras, las defenderá Ribó durante la próxima Comisión de Urbanismo.
Aunque, según Ribó, la puesta en marcha de la zona naranja de aparcamiento reservada para residentes en Ciutat Vella supone un paso positivo a la hora de racionalizar el acceso y el aparcamiento de vehículos a motor en el barrio, esta medida ha provocado recelos y considerables molestias entre los mismos residentes que, sin duda, se pueden y se deben eliminar mediante unos cambios en la ordenanza que la regula desde hace dos años.
El portavoz de Compromís no entiende porque las tarifas anuales de Valencia representan el doble, o más, de las tarifas de las grandes ciudades españolas como Barcelona, Madrid o Bilbao. «Esto hay que corregirlo de inmediato».
Por otra parte, la modalidad elegida para emplear la zona naranja, un ticket de 7 días, parece pensada para crear el máximo de problemas entre los usuarios por su renovación semanal. De hecho, hay retirarlo el mismo día ya la misma hora cada semana y, si no se hace así, la sanción se produce de forma casi automática. En otras palabras, «se trata de un sistema poco práctico para los usuarios, que genera molestias innecesarias y no poca controversia por las sanciones que ha supuesto su aplicación» indicó Ribó, quien también ha explicado que la tarjeta de residente acreditativa del derecho a emplear la «zona naranja» hay colocarla en el vehículo en lugar claramente visible. Sin embargo, «su diseño incorrecto hace que esta tarjeta, con vigencia durante dos años, se descuelga con facilidad del vidrio a los pocos meses provocando cuantiosos problemas y sanciones entre los usuarios». De hecho, el portavoz de Compromís ha aconsejado que «podrían aprender de la ITV, por ejemplo y sin ir más lejos».
La renovación de la tarjeta, además, hay que hacerla yendo dos veces a la sede de la empresa Dornier SA ubicada en la Avenida de Aragón 15 aportando documentación personal (Permiso circulación, póliza seguro, ITV, tasas pagadas, multas etc.) Una documentación personal que queda en manos de una empresa privada. Todo un modelo de inflexibilidad en el mecanismo y de falta de privacidad, que el Ayuntamiento de Valencia debería explicar.
Según Ribó, en la zona de residentes se puede estacionar cualquier vehículo de forma gratuita en la franja horaria de mayor demanda de aparcamiento por parte de los residentes (14:00-16:00 h y de 20:00-09:00 h y domingos y festivos durante todo el día). En cambio las condiciones para conceder la tarjeta no contemplan a comerciantes, familiares de personas dependientes y jubiladas residentes que se encargan de su cuidado, estudiantes no empadronados, residentes temporales no empadronados etc. «Todo parece pensado para maximizar la recaudación en lugar de favorecer el aparcamiento del vecindario».