Otra vez estamos en la misma. El gobierno estatal presidido por Mariano Rajoy ha vuelto a discriminar a los valencianos con el tema del contrato programa para transporte público. Parece que de nada han servido las negociaciones emprendidas por la Consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig. Los valencianos seguiremos sin percibir los 31 eur / cápita que reciben Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Santa Cruz de Tenerife. Una cantidad que supondría entre 37 y 40 millones de euros anuales. Se concreta por tanto la negativa del Sr. Montoro, ministro de Hacienda, a poner en marcha para este año el contrato programa para València.

«Compromís lamenta no haber oído ninguna crítica ni toma de posición de la alcaldesa Rita Barberá ante este tema. No olvidemos sus soflamas contra el gobierno socialista pidiendo una adecuada financiación para el transporte público valenciano. Todo parece indicar que a la Sra. Barberá le interesaba más fustigar al Partido Socialista que las inversiones en transporte público», ha declarado Joan Ribó, portavoz de Compromís por València.

Compromís lamenta este nuevo desprecio del gobierno estatal respecto a los intereses de la sociedad valenciana. A la vez tenemos la sensación de que la forma de afrontar este menosprecio por parte de las autoridades municipales y autonómicas del PP no es la más adecuada por al menos dos motivos: En primer lugar por una falta de firmeza y convicción que muchas veces, más que una reivindicación parece una súplica. «Falta convicción y energía en la defensa de nuestros intereses como valencianos», ha criticado Joan Ribó.

Pero hay otro motivo. El Partido Popular valenciano ha afrontado la política de movilidad de una forma totalmente descoordinada y sin visión metropolitana, condición importante para el acceso al contrato programa. «La política de la EMT de ir cerrando todas las líneas que salen de la ciudad de València a otros municipios es una muestra clara de la incapacidad de abordar el transporte público de una forma global», declaró el portavoz de la formación de izquierdas, ecologista y valencianista.

Al final estas carencias siempre acaban igual: Precio de los billetes más elevados, mayores endeudamientos municipales o autonómicos e incapacidad para terminar proyectos como la línea de metro T2. Un mal negocio para todos los valencianos.

Declaraciones de Joan Ribó sobre el contrato programa (en valencià)