El Ayuntamiento ha publicado el libro València, quan la ciutat aplega a l’horta, un volumen de divulgación y recopilación sobre el activismo y los retos en defensa de la huerta de Valencia como patrimonio cultural e histórico y como espacio de desarrollo sostenible. Además, la obra supone un reconocimiento y homenaje a la figura del fallecido historiador y activista vecinal Eduard Pérez Lluch.

Glòria Tello, ha presidido la presentación de València, quan la ciutat aplega a l’horta, en un acto celebrado esta mañana en el Salón de Plenos del Ayuntamiento y en el que han tomado parte también la concejala de Agricultura, Huerta y Pueblos de Valencia, Consol Castillo, y el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible y Vivienda, Vicent Sarrià. Tal como ha subrayado Tello, el libro es importante “no sólo por su contenido, sino porque supone un giro en la línea editorial del Ayuntamiento: por primera vez se toma a la huerta como referencia ineludible y real, a la vez que contemporánea y cargada de futuro”.

De hecho, ha explicado la concejala, “el volumen da voz no sólo a especialistas en la huerta y sus diversos patrimonios, sino también a quien es parte inherente de ella: las y los antiguos labradores, las personas que gestionan huertos urbanos, o aquellas que luchan desde fundaciones, asociaciones o movimientos reivindicativos por una huerta limpia, propia y libre de ladrillo. Y siempre con la voluntad de mantener y cuidar lo que aún queda para que la puedan disfrutar las generaciones futuras”.

Glòria Tello ha defendido la necesidad de poner en valor a figuras “con las que estamos en deuda, y que merecen un reconocimiento de toda la ciudadanía por su labor en defensa de nuestras tradiciones y nuestro patrimonio, por haber sido líderes vecinales, por sus escritos de denuncia, o por su afán movilizador, siempre en beneficio de Valencia”.

Por su parte, Consol Castillo ha subrayado la importancia del legado de Eduard Pérez Lluch y de gentes como él, “que allá por los años noventa clamamos, con diferente nivel de éxito, para que planteamientos depredadores, economicistas y, sobre todo, incultos, no aniquilaran muestras significativas de lo que nos explica como valencianos, y que eran la garantía sostenible de la proyección de futuro de la huerta y su patrimonio”.

Castillo ha rememorado las acciones del movimiento Salvem el Pouet que, si bien infructuosas, “sí lograron generar una nueva actitud hacia la conservación del patrimonio”. “No se puede amar lo que no se conoce”, ha afirmado la concejala, “y estoy convencida de que, si los valencianos hubieran conocido el valor de la huerta de Campanar y sus alquerías, habría sido más difícil la manipulación que se produjo a mediados de los años noventa.”

Por ello, la concejala ha señalado el reto de las generaciones actuales, “que es conocer su patrimonio, la vida de sus gentes, quiénes eran y qué hacían: el camí del Pouet, las barracas, las alquerías, los molinos y las acequias, que explicaban una manera de vivir de la tierra y una manera de construir y de hacer. Nos decían cómo éramos los valencianos, nos hacía memoria de quiénes habíamos sido”, y ha concluido subrayando la importancia de este homenaje a Eduard Pérez Lluch, “y a todos los Eduards anónimos que no se resignaron a que la ciudad en su conjunto, y la huerta, su patrimonio rural, cultural, constructivo, hídrico… fueran devorados por una insaciable incultura y una desmesurada codicia”.