En la intervención que realizó ayer en la Sesión del Consejo de la FAO celebrada en Roma para presentar la Capitalidad Mundial de la Alimentación que València ostenta en 2017, el alcalde Joan Ribó afirmó que en el mundo hay «800 millones de personas que pasan hambre mientras otros 2.000 millones tienen problemas de sobrepeso y sufren enfermedades relacionadas con este «y responsabilizó de esta situación a la» mala gestión de la alimentación y la distribución, que no se realizan de forma equitativa «.

El alcalde de Valencia intervino como ponente en el evento ‘Sistemas Alimentarios sostenibles en la Nueva Agenda Urbana (NUA)’, donde recordó el compromiso de las más de cien ciudades -entre ellas Valencia- que suscribieron el Pacto de política Alimentaria Urbana de Milán por «desarrollar sistemas alimentarios sean sostenibles, inclusivos, seguros y diversificados, para asegurar comida sana y accesible a todos, reducir los desperdicios de alimentos, preservar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático».

Ribó invitó a los alcaldes de las grandes ciudades del mundo a participar en el encuentro de alcaldes que València acogerá los días 20 y 21 de octubre en su condición de Capital Mundial de la Alimentación ante el reto de crecimiento de la población urbana, que ya supone el 54% de la población mundial, y que se prevé que en 2050 sea del 66%.

El alcalde de Valencia se refirió a la necesidad de «buscar soluciones para alimentar de forma adecuada a esta mayoría de la población mundial» y recordó que la agricultura urbana y periurbana como fuente de alimentación «puede ofrecer toda una abanico de ventajas para la salud y las relaciones humanas en las ciudades».

«Creo que las ciudades del mundo cada vez somos más determinantes en todos los procesos. Dentro de pocos años las dos terceras partes de los ciudadanos a vivir en grandes ciudades, y por tanto como gestionamos la alimentación en estas va a ser determinante. Es imprescindible ponerse a pensar en clave de una alimentación adecuadamente gestionada, y no dejarla en manos de los mercados globales. La alimentación es demasiado importante para dejarla en estas manos», afirmó Joan Ribó.

«Es necesario avanzar en formas más sostenibles de alimentación de la humanidad en las que la agricultura urbana y periurbana contribuyan no sólo a alimentar a los núcleos de población más desfavorecidos sino también a mejorar la dieta alimenticia de los que no se encuentran en el umbral de la pobreza», concluyó Joan Ribó en este foro de la FAO y recordó que los problemas de falta de alimentos en una gran ciudad suelen venir acompañados de problemas de mala nutrición.