El alcalde de València, Joan Ribó, ha visitado las instalaciones de la Asociación Valenciana de Caridad, entidad con la que el Ayuntamiento ha firmado un convenio de colaboración para la atención a las personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social. València aporta a la ONG un montante de 900.000 euros anuales para esta labor.

Acompañado de la concejala de Bienestar Social, Consol Castillo, y del presidente de la Asociación, Luis Miralles, el alcalde ha visitado las instalaciones y la labor que se lleva a cabo dirigida a cubrir las necesidades básicas de las personas sin hogar y con situación grave de exclusión social.

Tal como ha recordado el primer edil, «cerca de una tercera parte de la gente que vive en nuestra ciudad está en el umbral de la pobreza, como se ve en estas colas». «Nosotros, desde el Gobierno municipal estamos intentamos arreglar las cosas, pero mientras tanto, la gente ha de comer y ha de descansar cada día. Y por eso es imprescindible la colaboración y el trabajo conjunto del Ayuntamiento con el apoyo de entidades que lo hacen muy bien, como Casa Caridad». El alcalde ha agradecido «los centenares de miles de comidas que han dado a la gente, y queremos reconocer esta aportación».

Por su parte, Luis Miralles, presidente de la Asociación Valenciana de Caridad, ha agradecido la iniciativa del Ayuntamiento, «que hace posible que hoy, por ejemplo, podemos dar de comer a 350 personas, o que podamos atender a personas mayores, familias y niños». Miralles ha manifestado que cualquier proyecto que impulse esta entidad «irá siempre de la mano del Ayuntamiento».

La concejala de Bienestar Social, Consol Castillo, se ha congratulado por la renovación del convenio anterior, que tenía una cuantía de 450.000 euros, «que en este caso duplicamos, sobre todo porque pensamos que el proyecto de intervención que hace la Casa Caridad cuadra perfectamente con el proyecto del Govern de la Nau respecto a las personas en situación de máxima exclusión y que viven en la calle, porque se fundamenta en una intervención global de  asistencia y orientación». Tal como ha explicado la concejala, «se trata de colaborar en un proyecto común de dignificación de las personas y de la voluntad a medio o largo plazo de volver a la normalidad esas personas que son víctimas de una situación que ellos mayoritariamente no han generado».

El objeto del convenio es articular la actuación conjunta entre el Ayuntamiento de València y la Asociación Valenciana de Caridad, para desarrollar un programa de atención social integral a personas sin hogar con el fin de promover su inserción en la sociedad. Para ello, el Ayuntamiento pone a disposición del citado programa recursos propios del Servicio de Bienestar Social e Integración (personal y recursos adscritos, particularmente el Centro de Atención a Personas Sin Techo, CAST, y su programa de trabajo de calle que realiza el equipo técnico de dicho centro. Además, el Ayuntamiento realiza una aportación económica de 900.000 euros anuales. Con  este  programa  se  busca cubrir  las necesidades  básicas  de las personas y  ofrecer un plan de inserción individual o familiar para las personas acogidas, quienes pueden aceptar tomar parte, libre y voluntariamente, en las distintas etapas previstas.

Por su parte, Casa Caridad aporta al convenio la cobertura de necesidades básicas de las personas beneficiarias: Albergue Pechina y Multicentro de Benicalap, que disponen de un total de 80 plazas entre ambos. Además, las personas atendidas pueden participar en el Programa de higiene, Taller de Empleo, Taller de Vivienda, Programa de Salud y Deporte y Taller de Informática.

PREVISIONES ANTE LA OLA FRÍO

De cara a la bajada de temperaturas se anuncian para los próximos días, la concejala de Bienestar Social, Consol Castillo, ha explicado que, como cada año, todos los recursos están preparados para hacer frente a las necesidades. «Además de los medios ordinarios que pueda ofrecer Casa Caridad y las otras entidades colaboradoras, desde el Ayuntamiento tenemos a punto los centros de acogida municipales y, además, en caso de extrema necesidad, tenemos prevista una partida presupuestaria para pagar pensiones o alojamiento de personas o familias que lo necesitaran, así como reservados otros espacios de manera excepcional». «Mucho antes que abrir estaciones de Metro para dar respuesta a estas necesidades, tenemos otras alternativas, porque la solución del Metro conlleva una falta de intimidad y de dignidad obvias». La concejala ha afirmado que el año pasado, en momentos de gran frio, no se llegaron a cubrir todas las plazas extraordinarias (las ordinarias fueron ocupadas al 110%).