El alcalde de València, Joan Ribó, presidió la concentración convocada ayer ante las puertas de las diversas dependencias del Ayuntamiento para manifestar el rechazo al atentado que golpeó el miércoles a la ciudad de Londres, y en solidaridad con las víctimas. Al terminar el minuto de silencio de la concentración, Ribó recalcó «la necesidad de preservar el derecho a la vida, por encima de formas de pensar o religiones diferentes, por encima de cualquier confrontación».

Representantes de todos los grupos políticos municipales, empleados públicos y ciudadanos también estuvieron presentes en la concentración, en silencio, junto a las banderas oficiales ondeando a media asta en los edificios públicos, como un gesto simbólico de condena al terrorismo y de apoyo a los familiares y amigos de las personas muertas y las decenas de heridos.

«El derecho a la vida es el más sagrado, y hay que preservarlo siempre», reiteró el alcalde al mostrar su solidaridad con las personas que habían sido «vilmente asesinadas» o habían quedado «malheridas en el atentado perpetrado en Gran Bretaña”.