«Es fundamental una nueva relación en la que la ciudad le habla de tú a tú al Puerto, un nuevo tiempo donde los intereses tienen que ser comunes porque el Puerto no puede avanzar si no lo hace de la mano de los vecinos y vecinas de Valencia. Porque también es ciudad y no puede dar la espalda a los intereses de la ciudadanía», ha afirmado esta mañana el alcalde de València, Joan Ribó, en su intervención en la apertura de las jornadas Nuevos Viejos Puertos, un acto en el que también han tomado la palabra el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, el alcalde de Sagunt, Josep F. Fernández, la alcaldesa de Gandía, Diana Morant, y el director general de La Marina de València, Vicent Llorens.
Ribó ha asegurado que «en Valencia tenemos un gran ejemplo de recuperación de un puerto histórico, un puerto viejo, a través de la participación y los usos» y ha calificado La Marina como «ejemplo de espacio público donde conviven varias actividades empresariales y, a la vez, es un modelo de recuperación de espacios para la ciudadanía. Son muchas y muchos valencianos que hacen suya la Marina, más del doble que hace tan solo cuatro años, y esto lo valoramos muy positivamente».
En su intervención junto a los máximos responsables municipales de las otras dos ciudades que cuentan con puertos dependientes de la Autoridad Portuaria de València, el también presidente del Consorcio València 2007, se ha referido a La Marina como «un espacio para la ciudadanía recuperado después de un modelo fallido de grandes acontecimientos que estaba condenado al fracaso», y ha señalado en estos momentos la apuesta es por «una actividad económica arraigada en el territorio y un modelo solvente, donde los ingresos derivados de una economía no especulativa están al servicio de la mejora del espacio público». El alcalde de València ha recordado que por primera vez La Marina tiene unos beneficios operativos «gracias a una gestión económica sostenible y mucho más solvente».
Ha expresado la voluntad de continuar en los tinglados 4 y 5 la recuperación ya iniciada con el tinglado 2, ha hablado de la participación de todos los agentes sociales, económicos, culturales, educativos y tecnológicos para que la Dársena «se muestre y se perciba ya como un espacio para todas y todos, como un espacio donde se conjugan y conviven perfectamente múltiples propuestas de innovación, deportivas o de ocio, que permiten avanzar hacia el objetivo de hacer de ella un motor de la transformación económica de Valencia y recuperarla como gran plaza pública marítima de las valencianas y los valencianos».
En estas jornadas protagonizadas por los puertos de València, Ribó ha dicho que «La Marina es un puerto viejo que está proyectándose correctamente hacia el futuro valorando su pasado, al servicio de la ciudad de Valencia», resaltando- sin embargo que durante años «los puertos del Estado han sido gestionados de espaldas a nuestras ciudades», y que «los intereses de los puertos y las ciudades no siempre han sido los mismos y algunas veces se han contrapuesto».
Como ejemplos de lo anterior ha mencionado las diferentes ampliaciones de las instalaciones portuarias que supusieron la pérdida de la playa de Nazaret o problemas de erosión y sedimentación en las playas urbanas y del sur de Valencia. «También hemos visto como la urbanización de la ZAL ocupó una de las zonas de huerta más productivas de Valencia». En opinión del alcalde de València es necesario que «el Puerto devuelva a la ciudad espacios que no usa y que pueden ser aprovechados y utilizados por la ciudadanía», por lo que «tengo claro que hemos de reivindicar la parte de la dársena de la Marina que todavía es propiedad la Autoridad Portuaria, el cuerno de los edificios deportivos o los terrenos de Nazaret donde ubicaremos el Parque de Desembocadura».
LAS CIUDADADES Y SUS PUERTOS
Estas jornadas que se celebran el edificio de La Base las ha abierto el presidente de la Autoridad Portuaria de València, Aurelio Martínez, que ha hecho un recorrido histórico por las relaciones de estos tres puertos que dependen de dicha autoridad con sus respectivas ciudades. En el caso de València ha hablado del carácter urbano de un puerto que ha tenido mucho que ver con el potencial mediterráneo de la ciudad, con el Siglo de Oro valenciano o la entrada del renacimiento en España, con referencias a hitos como el Llibre del Consolat del Mar. Ya en tiempos más recientes, ha mencionado la cesión de los tinglados en 2003, la cesión de espacios a la ciudad en 2013 o la creación, en 2015, de la comisión delegada para impulsar la integración Puerto-Ciudad.
Martínez ha dicho que puertos como el de València «tienen efectos muy beneficiosos en la ciudad, pero también impactos negativos, especialmente por ser un consumidor intensivo de suelo», entre los que ha citado Natzaret o los 6.000 camiones que llegan a las instalaciones portuarias cada día. «El problema es que los beneficios que generan se dispersan, y hay que buscar mecanismos de compensación para los territorios que más sufren el impacto del puerto»
También los alcaldes de Sagunt y Gandía, Josep Francesc Fernández y Diana Morant, han evocado la relación, más reciente en el caso de Gandía, de la ciudad con su puerto; el pasado pero también el presente y las perspectivas de futuro que, igual que en el caso de València, « pasan por abrir el puerto a la ciudad y para que sus beneficios económicos repercutan en la ciudadanía, recuperando espacios públicos de los viejos puertos para las personas del siglo XXI mediante un cambio de paradigma. Que se abran a las ciudades y a los usos ciudadanos, devolviendo espacios de oportunidades para las personas
Vicent Llorens, director general de La Marina, ha hechos un esbozo de las actuaciones que se han llevado a cabo en La Marina de València y las que está previsto acometer, como el proyecto Náutica 4.0. Ha hablado de nuevas actividades náuticas que incluyen un centro de FP y un polideportivo náutico, de la ocupación de amarres superior al 90%, del impulso a la economía del conocimiento, con más de 500 iniciativas empresariales emprendedoras. «Debemos crear las condiciones para que la ciudadanía se apropie de estos espacios públicos con participación, transparencia y gobernanza democrática, respetando y valorizando la memoria del espacio y la coexistencia de usos y funcionalidades urbanas».